Si pasas de los treinta y oyes las palabras disco-funk o disco-pop o disco-dance o simplemente disco... puedes pensar en una bola de cristal iluminada por una luz de neon... en John Travolta peinándose el tupé a ritmo de Bee Gees en Saturday night fever... En los 80's con cazadoras de piel negras con hombreras y peinandos new age, con zapatos que parecía que se los habías robado a Frankenstein... En un montón de grupos y canciones de los 70 y 80's... En los primeros pasos de breakdance en el patio del instituto... en las bandas sonoras de Giorgo Moroder, acompañando a los ciclistas a golpe de teclado y pedal en el Tour, la Vuelta o el Giro … En aquellos videos de aspecto futurista y divertido que llenaban las primeras horas de la MTV... En los maquillajes imposibles de Anna Torroja en la primera época de Mecano... etc, etc, etc...
Por suerte ahora vivimos en pleno siglo XXI y cualquier intento de moda absurda cae por su propio peso antes de llenar las tiendas para acabar después olvidada en un rincón de tu casa. Vistas así las cosas y en plena época de crisis económica global y sistémica que (con mis respetos por la gente que lo está pasando mal) puesta en boca de algunos parece el nuevo “hombre del saco”. Las modas de ahora ya no llenan las tiendas de cosas tan absurdas y divertidas e innecesarias cómo sucedía en los 80... Salvo por los widgets electrónicos que es donde realmente se generan las modas en la actualidad. Donde se agitan las masas a ritmo de post, tweet, face, i-pod, i-pad, i-phone o cualquier abreviatura sanglo-ajona surgida de la cabeza de unos post-adolescentes salidos de cualquier carrera relacionada con la informática a los que no dejarias, ni en broma, a tu hijo para que lo cangurasen.
En este mundo tan digitalizado en el que el talento se nos escapa cada día un poco más, con cada tecla que pulsamos con cada click de ratón... Navegar entre las miles de canciones que encuentras en internet cada día en busca de algo que te inspire o que te llene de emoción más allá de los primeros 3 minutos, es una tarea tan imposible como infructuosa...
Para la selección de temas de esta sesión, me hicieron falta cerca de 4 meses de esa ardua travesía por la nube en red, en la que hoy nacen las modas. Intenté (y creo que lo he conseguido) no caer en el tópico de los recopilatorios que ahora están al alcance de todos, en tiendas como i-tunes o Juno (Future disco-funk vol.1, vol,2 etc...)
La sesión gira en torno a los sonidos disco actuales y después de más de 3 décadas en los que este estilo ha estado más o menos presente, definir o redefinir un estilo musical requiere un cierto conocimiento de una esencia estética, que vaya más allá de una moda pasajera.
La esencia de un sonido clásico, recogido en tantos y tantos vinilos. Con un simple bombo en compás de 4x4 y sus cajas a menudo sustituidas por un clap que invita a dar palmas al tiempo que una voz dice aquello de “it's all right, come on, let's do it”...
Quizás por el echo de que su formula sea tan sencilla, es uno de los motivos por los que resiste bien el paso del tiempo...
Así sin más, os dejo con esta versión recortada y concentrada de lo que está siendo mi set para este verano 2011 en los sitios donde suelo ir a pinchar.
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