Starfucker

Al parecer, existen 2 bandas con el mismo nombre: Starfucker. Una en Bélgica, de la que desconozco absolutamente todo. Y la otra en EE.UU. De esta última nos ocuparemos en estas líneas.

Si la elección del tema que abre un álbum es una decisión de especial cuidado para cualquier artista, estos muchachos de Portland, Oregon, acertaron y cómo, con Isabella of Castile, canción inaugural de su primer disco homónimo del 2008. El primer disco del Starfucker americano, me llegó en una forma misteriosa. Literalmente, es un misterio cómo apareció ese material en mi ordenador. No sabría a quién ni a qué agradecerle semejante hallazgo, pero vaya que sí sería meritorio hacerlo. Con esas canciones tan difíciles de clasificar en las primeras escuchas, había nacido una compañía casi periódica en los meses subsiguientes.

Luego de dejarse hipnotizar por ese ejército de sintetizadores que evitan enlistarse en las filas de lo electrónico, de percibir la presencia de una banda de rock aunque aún no hemos podido reconocer guitarra alguna, luego incluso de ofrecernos la melodía de voz recién al minuto de transcurrido el tema, no podemos hacer otra cosa más que esperar con interés el siguiente track.

Este es U Ba Khin, y a esta altura ya nos queda claro que las melodías serán bellas, que los teclados predominarán a las guitarras, y que si la emoción no estará ausente, la sicodelia tampoco.

Starfucker elude las responsabilidades de la estructura-canción, pero no las de las estructuras, que son magistralmente equilibradas ni las de la canción, que está presente con un espíritu pop que parece extraído de unas eternas vacaciones de verano entre amigos.

Para mediados de Florida, ya sabremos que los monólogos entre melodías serán una constante en esta banda.

Cuando me lancé a buscar información de esta gente, advertí que estaba latente en mí un prejuicio acerca de la imagen que deberían tener seguramente los creadores de esta música. Pensé en chicos sensibles, prolijamente desalineados, con los botones de la camisa muy abrochados y probablemente rodeados de alta tecnología.

Encontré una troupe de neo-hippies a veces disfrazados y otras veces quien sabe, con teclados pintarrajeados y shows callejeros para una docena de amigos entre los que corretean niños. Incluido el set.

Se acuerdan de una tendencia pasatista de los 60’s de hacer canciones con monosílabos y onomatopeyas sin sentido alguno? Starfucker reflota una de las pocas modas que habían escapado del revival y nos lanza su Laadeedaa.

Cuando deciden volver a la sicodelia, lo hacen con un tema soberbio como Hard Smart Beta y como Miss You. Más monólogos. De pronto me sacude la idea de que estoy en presencia de una alta dosis de saturación y una infrecuente ausencia de distorsión simultáneamente.

El disco está por terminar y sé que he recibido más de lo que me he acostumbrado en lo reciente.

Muy prontamente, nuestros amigos editan su segundo álbum, Júpiter. Ellos mismos lo consideran un hermano gemelo del anterior. Varias canciones de este disco es material excluido de Starfucker.

Hay quienes asocian a esta banda con MGMT. Creo que mientras MGMT parece ir en busca de los ambientes sicodélicos, Starfucker parece no poder escaparse de ellos. Ni querer. Más bien la sicodelia parece ser su ambiente natural.

Tampoco parecen estar de amigos con las estrategias de marketing. Entre Starfucker y Júpiter, supieron presentarse con el nombre de Pyramiddd, para volver a usar Starfucker poco después.

Sus comienzos como trío desde el 2007 al 2008, cuando registraron el primer disco, se vieron afectados por el ingreso de un nuevo integrante, Keil Corcoran, para los días previos a Júpiter, sumándose así al fundador Joshua Hodges, Ryan Biornstand y Shawn Glasford.

Medicine abre Júpiter y alcanza lo que podría ser una página excelente del pop de los 80’s, con un estribillo tan sintético y simple como enérgico. Un poco, suena a Air, en un día de celebración. O a… Starfucker.

Boy Toy, insiste con la instrumentación exquisita y las melodías bellas, con una extraña mezcla de optimismo y nostalgia.

Bed-stuy ( Super-Cop) es como un mantra de una secta kraftwerkiana, cantada por sus últimas generaciones.

Cuando llega el momento del cover de Cindy Louper, posiblemente creas que estás a punto de decepcionarte. Pero en mi caso, lo único decepcionante, fue una vez más, sentirme víctima de algunos prejuicios que estos chicos saben desbaratar a la perfección.

Júpiter, el tema, tiene un link directo con los más alocados y personales temas del disco antecesor, como Miss You.

Es también bienvenido el deja-vu del remix de cierre.

Mientras esperamos por el nuevo disco previsto para este 2010, podemos seguir disfrutando de lo editado hasta ahora. Algo me dice que lo haremos por un buen tiempo.

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